¿Te gusta la fotografía y quieres sacarle el mayor provecho a tu cámara? Conoce algunos consejos prácticos que te pueden ayudar a destacar en el mundo de la fotografía.
Por supuesto, ya seas un principiante o un fotógrafo experimentado, lo más importante siempre será recordar los básicos.
Para tomar fotos increíbles, lo primero será familiarizarte con las funciones que tu cámara te puede ofrecer. Puedes comenzar por leer el manual de tu cámara y practicar con diferentes ajustes.
Por ejemplo, el modo automático es práctico, pero el modo manual te permite tener un mayor control sobre la exposición, apertura y velocidad de obturación.
Velocidad de obturación: A menor velocidad de obturación, puedes capturar el rango del movimiento completo. A mayor velocidad de obturación puedes congelar la acción del movimiento.
ISO: Ajusta la sensibilidad del sensor (ISO) para adaptarse a diferentes condiciones de luz. Un ISO bajo produce menos ruido, pero requiere más luz.
Formato RAW: Guardar tus fotos en formato RAW, lo que permite que conserven toda la información posible para tener mayor flexibilidad a la hora de la edición.
Estabilización de imagen: Utiliza la estabilización de imagen de tu cámara o un trípode para evitar fotos borrosas, especialmente en situaciones de poca luz.
Una vez que te hayas familiarizado con los ajustes de tu cámara, puedes empezar a ponerle atención a aquello que va a salir a cuadro.
La composición constituye todos los elementos protagónicos de tu encuadre y la forma en la que van a salir. Aquí hay un par de consejos para que puedas guiarte y tomar fotos más estéticas:
Regla de los tercios: Divide tu encuadre en nueve partes iguales (como un tablero de gato) y coloca los puntos de interés en las intersecciones de esas líneas. También debes considerar el espacio negativo alrededor del sujeto. Este espacio puede enfatizar el sujeto o crear tensión.
Líneas guías: Utiliza líneas naturales o artificiales (horizontes, carreteras, edificios) para dirigir la mirada del espectador hacia el sujeto principal.
Existen varios tipos de líneas, como las líneas convergentes que crean profundidad y dirigen la mirada hacia un punto focal. O las líneas curvas que añaden dinamismo y fluidez a tu composición. Las líneas diagonales transmiten energía y movimiento.
Encuadre: Experimenta con diferentes encuadres, como encuadres cerrados (cercanos al sujeto) o abiertos (con mucho espacio alrededor).
También puedes usar la simetría para crear equilibrio y armonía. Por el contrario, la asimetría te puede ayudar a dar tensión y dinamismo.
Utilizar elementos naturales o artificiales para crear un marco natural dentro de tu encuadre puede ayudar a darle protagonismo al sujeto, agregar profundidad, o crear tensión.
Perspectiva: Cambia tu punto de vista para obtener ángulos únicos y creativos. Prueba desde arriba, desde abajo, o desde un ángulo diagonal.
Profundidad de Campo: Darle mayor profundidad de campo a tu composición es enfocar todo el encuadre, esto es perfecto para paisajes, por ejemplo. A menos profundidad de campo sólo una parte de la imagen estará enfocada, esto es ideal para retratos o para aislar un sujeto del fondo.
Otro de los aspectos que te ayudan a mejorar la calidad de tus fotografías es la iluminación.
Por ejemplo, el mejor momento del día para tomar fotografías con luz natural corresponde a la hora dorada. Aprovecha las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde para obtener una luz suave y cálida.
También puedes crear dramatismo a través de las siluetas colocando el sujeto a contraluz.
Con fotografía de retrato, utiliza un reflector o un flash para iluminar las sombras y evitar zonas oscuras en tu sujeto. Por el contrario, también puedes añadir dramatismo incrementando las sombras.
Y no olvides ajustar el balance de blancos para obtener colores más naturales. Puedes hacerlo de forma manual o automática.
Simplifica: Elimina los elementos distractores de tu encuadre.
Varía tus ángulos: Experimenta con diferentes perspectivas para encontrar la composición más interesante.
Considera el contexto: El entorno en el que se encuentra tu sujeto puede influir en la composición.
Practica regularmente: La práctica te ayudará a desarrollar tu ojo fotográfico y a encontrar tu estilo personal.
Sal a fotografiar: Busca diferentes lugares y objetos para practicar diferentes técnicas de composición y enfoque.
Analiza las fotografías de otros fotógrafos: Observa cómo utilizan la composición y el enfoque para crear imágenes impactantes.
Experimenta con diferentes objetivos: Un objetivo gran angular te permitirá capturar paisajes amplios, mientras que un teleobjetivo te permitirá aislar sujetos.
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