En un contexto en el que, la agricultura parte de las necesidades humanas, la satisfacción de la demanda alimentaria a partir de la producción abundante de plantas y semillas enfrenta una gran cantidad de adversidades a superar. La presencia de semillas, tanto en calidad como en cantidad, representa la salud de las cadenas alimenticias en todos los ecosistemas. Por esta razón, la polinización es un proceso fundamental, pues propicia la formación de semillas abundantes y resistentes a todos los eventos de degradación ambiental.
Los límites del crecimiento y la producción de los alimentos
La Tierra está rebasada. La influencia de la actividad humana en los ecosistemas del planeta es evidente, y los siglos de transformaciones de estos son imposibles de ignorar. Tan sólo en los últimos 90 años, la sobrepoblación, así como los hábitos de consumo han llevado a los ecosistemas a un punto de no retorno, donde ni los elementos, ni los procesos naturales se pueden recuperar.
Debido a esto, existe una escasez en la producción de alimentos frente a una demanda desmesurada, por lo que se ha tenido que intervenir con tecnología, materiales y procesos de producción cada vez más alejados de los procesos orgánicos. Para alimentar a toda la población humana y a los animales usados para nuestro consumo, explotamos los recursos a niveles que arriesgan la continuidad de los procesos de función y mantenimiento de los ecosistemas. A este fenómeno se le conoce como Límites del Crecimiento, definido así por investigadores del medio ambiente, pues señalan que se han impactado procesos imposibilitando el cumplimiento de los ciclos de vida, llevándolos a su desaparición.
Los servicios ambientales y su función
Los Límites del Crecimiento y cómo revertirlos, es el proyecto más importante dentro de los estudios relacionados con el desarrollo sustentable. A partir de esto, han surgido un gran número de estrategias y conceptos a incorporar. Uno de estos conceptos es el de servicios ambientales, que describe a los recursos naturales a partir de los aportes benéficos que cada uno de ellos proporciona al bienestar humano. Estos se clasifican de acuerdo al tipo de proceso que influyen:
La agricultura requiere de servicios de provisión, soporte y regulación para mejorar sus rendimientos. Sin embargo, dado que algunos de estos servicios están en crisis existe una urgencia por mejorar la producción de semillas, tanto en cantidad como en sus características de salud y diversidad biológica; ya que, así se podrán tener ciclos de siembra y cosecha con organismos resistentes a cualquier adversidad de los demás servicios ambientales.
La falta de polinización y sus efectos en la biodiversidad
La polinización como servicio de regulación, debido a su papel en la reproducción de las plantas y la diversificación del material genético, influye directamente sobre eventos como las cadenas alimenticias, las relaciones entre especies, la evolución de organismos y el mantenimiento de los ecosistemas. En la naturaleza existen 2 tipos de polinización:
El papel de los polinizadores
La polinización es un procesos que involucra dos grupos de organismos: las plantas y los agentes polinizadores, los cuales, a su vez, se dividen en:
Los agentes polinizadores con mayor relevancia biológica son los organismos. Dentro de estos se calcula que dos terceras partes de los cultivos de plantas la realizan insectos como las abejas, avispas, hormigas, mariposas y saltamontes. En México, por ejemplo, 9 de cada 10 agaves son polinizados por pequeños murciélagos. En la producción de frutos y hortalizas se requieren de aves e insectos; los cuales con su presencia y trabajo ahorran al sector productivo 190,000 millones de dólares en la generación de semillas para los subsecuentes ciclos de siembra.
La polinización natural contra la artificial
La polinización, como proceso que relaciona varios tipos y niveles de seres vivos, es el resultado de millones de años de ensayo y error. En registros fósiles de hace más de 140 000 millones de años se ha podido identificar la colaboración que mantiene a la polinización, pues por un lado las plantas son auxiliadas en sus procesos reproductivos al fomentar la fecundación cruzada y la mezcla genética de sus semillas; y los agentes polinizadores reciben alimento, protección e incluso reunión de parejas reproductoras. Sin embargo, pese a la importancia ecológica y económica de los polinizadores, estos son los organismos que más se han extinguido por por acciones humanas como:
Ante la pérdida de estos organismos, los agricultores están experimentando con hacer el trabajo de los polinizadores a través de la polinización artificial. En donde empresas del ramo de los fertilizantes polinizan flores manualmente, servicio que eleva los costos de producción. Gastos que, además, no garantizan la producción de semillas biodiversas que cuenten con una diversidad genética que sí realizan los agentes polinizadores.
Al ser un proceso complejo y entramado necesario para la subsistencia de los ecosistemas, la polinización no puede hacer uso de la tecnología para suplir la presencia de los polinizadores. El papel de los agentes polinizadores tiene tantos beneficios a los ecosistemas, que como responsables directos e indirectos de su disminución, debemos disminuir nuestro impacto ambiental para fomentar el aumento de estos. Por eso: