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    La aventura de la comida en invierno: El desafío social y económico

    La aventura de la comida en invierno: El desafío social y económico

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    Desde la fotosíntesis hasta tu plato, hay una cadena de producción que se puede romper en invierno.

    La fotosíntesis, el proceso vital que sustenta la vida en la tierra, se ve disminuida, lo que resulta en una menor disponibilidad de alimentos para todos los seres vivos. Desde las criaturas más pequeñas hasta los humanos, debemos prepararnos para afrontar los desafíos de un invierno con escasez. El almacenamiento de alimentos se vuelve una tarea compleja, influenciada no solo por la necesidad biológica, sino también por factores sociales y económicos.

     

    Una Historia Socio-Cultural

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    A lo largo de la historia, la humanidad ha desarrollado diferentes métodos para almacenar alimentos, impulsada por diversos factores socio-culturales. Desde que el hombre descubrió el fuego y se estableció, gracias a la agricultura y la domesticación de animales, ha guardado los excedentes de comida producida para tiempos difíciles. Esta práctica ha evolucionado a lo largo de la historia, impulsada por el desarrollo tecnológico, el conocimiento y la adaptación de los ambientes naturales para la producción de alimentos a escala global.

    El aumento de la población y la necesidad de asegurar el suministro de alimentos durante todo el año, especialmente en épocas de escasez,  dieron origen a la agricultura y al almacenamiento de excedentes; desde sus inicios, la agricultura se centró en el cultivo de cereales como el trigo, el arroz, la cebada y el maíz, que aún hoy constituyen la base de la alimentación mundial.

    La domesticación de animales como el ganado vacuno, porcino y las aves de corral también formó parte de esta estrategia de supervivencia. Sin embargo, la expansión social y cultural de las potencias coloniales globalizó las dietas y transformó las necesidades alimentarias, dando lugar a negocios transnacionales que requerían el transporte y almacenamiento de productos a grandes distancias.

    Tras la Segunda Guerra Mundial, la industria alimentaria se consolidó, priorizando los rendimientos económicos por encima de la calidad nutricional; el almacenamiento masivo de alimentos, el uso de conservadores químicos y la introducción de organismos genéticamente modificados son solo algunas de las consecuencias de este proceso.


    La globalización y la industrialización de los alimentos

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    La creación de una cultura alimentaria rápida y de calidad preestablecida cambió las reglas del juego. La producción se rige por la eficiencia económica, buscando reducir tiempos y costos para maximizar las ganancias, en este contexto, el almacenamiento, transporte y comercialización deben solucionar cualquier problema que afecte la calidad y cantidad de los productos, enfrentándose a diversos agentes que pueden deteriorarlos:

    • Agentes físicos: elementos externos como la temperatura y la humedad que afectan la apariencia o calidad de los alimentos.
    • Agentes químicos: componentes internos que sufren transformaciones químicas con el tiempo, como la oxidación de vitaminas, la descomposición de proteínas o la proliferación de microorganismos.
    • Agentes biológicos: presencia y proliferación de parásitos o microorganismos en la comida.

     

    Métodos de conservación de alimentos

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    Desde siempre, el ser humano ha conservado los alimentos con el objetivo de mantenerlos en condiciones óptimas para su consumo durante el mayor tiempo posible. Es evidente que los métodos empleados en la actualidad son muy diferentes a los de antaño, aunque los conocimientos de nuestros antepasados han evolucionado. Sus mecanismos y herramientas aún son la base de muchas técnicas de conservación que podemos clasificar según el agente que buscamos erradicar:

    A) Métodos físicos:
    1. Métodos de baja temperatura: refrigeración y congelación.
    2. Métodos de alta temperatura: ebullición y esterilización.
    3. Métodos de conservación por extracción de agua: deshidratación, desecado y concentración.
    4. Métodos de altas presiones: presurización.
    B) Métodos químicos:
    • En medio seco: ahumado y salado.
    • En medio líquido: adobo, escabechado y marinado.

     

    Planificación y almacenamiento inteligente

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    Para tu día a día, te compartimos algunos consejos para sobrevivir a esta aventura invernal, incluso en otras temporadas del año.

    Antes de ir al supermercado, planifica tus comidas de la semana y haz una lista de los ingredientes que necesitas, ¡recuerda! Compra solo lo necesario para evitar el desperdicio de alimentos; al llegar a casa, organiza tu nevera y despensa de forma inteligente: coloca los alimentos más perecederos al frente y los que tienen una vida útil más larga al fondo, utiliza recipientes herméticos para guardar las frutas y verduras ya cortadas, así se conservarán por más tiempo.

    ¡Aprovecha los métodos tradicionales de conservación para alargar la vida útil de tus alimentos favoritos! También puedes congelar verduras y hierbas frescas para utilizarlas en tus recetas; experimenta con el encurtido de vegetales o la preparación de adobos y marinados para carnes. 

    Sé consciente de la cantidad de comida que consumes y evita comprar alimentos que no vayas a utilizar. Si tienes sobras, no las tires; utilízalas para crear nuevas recetas o compártelas con familiares y amigos; apoya a los productores locales y de temporada, ya que sus alimentos suelen ser más frescos y duraderos.

     

    En resumen

    El almacenamiento de alimentos es una estrategia adaptativa que todos los organismos vivos enfrentan con diferentes acciones que están estrechamente relacionados con los cambios que el planeta sufre. Cada pequeño gesto cuenta para reducir el desperdicio de alimentos y contribuir a un sistema alimentario más sostenible.